12 Cuando se vio en angustia, quiso aplacar a Yahveh su Dios,
humillándose profundamente en presencia del Dios de sus padres.
13 Oró a él y Dios accedió, oyó su oración y le concedió el retorno a
Jerusalén, a su reino. Entonces supo Manasés que Yahveh es el Dios.
14 Después de esto edificó la muralla exterior de la Ciudad de David
al occidente de Guijón, en el torrente, hasta la entrada de la Puerta de los
Peces, cercando el Ofel, y la elevó a gran altura. Puso también
jefes del
ejército en todas las plazas fuertes de Judá.
15 Quitó de la Casa de Yahveh los dioses extraños, el ídolo y todos
los altares que había erigido en el monte de la Casa de Yahveh y
en
Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad.
16 Reedificó el altar de Yahveh y ofreció sobre él sacrificios de
comunión y de alabanza, y mandó a Judá que sirviese a Yahveh, el Dios de
Israel.
17 Sin embargo, el pueblo ofrecía aún sacrificios en los altos, aunque
sólo a Yahveh su Dios.
18 El resto de los hechos de Manasés, su oración a Dios, y las palabras
de los videntes que le hablaron en nombre de Yahveh, Dios de
Israel, se
encuentran escritos en los Hechos de los reyes de Israel.
19 Su oración y cómo fue oído, todo su pecado, su infidelidad, los
sitios donde edificó altos y donde puso cipos e ídolos antes de humillarse:
todo está escrito en los Hechos de Jozay.